Un luego,
que en el infinito se prolonga,
es tal vez un futuro después
o un mañana.
Es un deseo renegado,
es un transbordo,
es el olvido de una voluntad.
Ese después,
que en mañana se convierte,
mañana tornará en ya veremos.
Y ya la distancia es insalvable.
Se convierten entonces los saludos en suspiros,
los ojos en vacíos,
las manos en follaje.
En esa esterilizada e higiénica distancia
...
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