lunes, 4 de junio de 2012

XI. La Force

No pasará nada sin huevos con bacon por la mañana
sin te(s)(l)ón,
por no haberte visto de día.

Igual de muerto Benedetti si no lees Viceversa.

Y si no importaba la muerte,
ahora cargas con dos,
o tres
o cinco.


"¡Qué suerte encontrar la fuente cuando yo más sed tenía!"
¿Y después?

Perdices
Y Neruda predicando
Picasso, enmudecido
Casals, borracho y llorando,

octaedro, es el mínimo.

Y la muerte fumando pregunta cómo te va la vida.

martes, 10 de abril de 2012

microcosmos X

Si algún día me duermo sin sueño, despertadme en la infancia de un niño.

microcosmos IX

Los poemas y el amor,
asfalto y cigarrillos.

con ganas de encender otro,
con ganas de que acabe contigo.

miércoles, 4 de enero de 2012

Bruit de guerre

¡abrid, salid, huid,
                           gritad que vuestros padres
os despojaron del milagro de la revolución,
                                                                 de la salvación,
del cambio real de lo antinatural de la existencia.

¡dejadlo todo! ¡arrodillaos! ¡salid de los cines, de vuestros teatros!

si podéis, deshipnotizaos,
si conseguís no arrebataros el aliento con el fétido olor de naftalina de la historia,

cubrid de raíces y de heces vuestros cuerpos y tumbaos.

¡jadead! destrozad las banderas con colillas interminables y jurad

contra vuestros intestinos podridos de la noche henchidos de vida

y de viejas borrachas.

Interminable es la espera de lo que os arrebataron.

Si no habéis vuelto,
                             volveréis,
y vuestra bendición será la angustia de los vivos,

y vuestros latidos, látigos del destino que os engañaron cuando
los índices de natalidad treparon y serpentearon por las vaginas

y calor
          y buen método,

y las viejas ya estaban allí, sobrias, intoxicantes, devoradoras,
y os esperanzaron, os enamoraron, os liberaron,

maldecid las revoluciones, aceptad los fracasos,
haced crujir el mundo con un grito que os arranque la locura ilustrada.

todos los hombres no han de ser felices,  no resquebrajéis ni un cristal de vuestra integridad,
de vuestro pie natural de coherencia, de vuestra cálida venganza masticada hacia los que os otorgaron el don de la prisión estática,

de todos vuestros pensamientos vacíos, ríos de podredumbre racional e ilusa,
conglomerados y encerrados en una única conciencia incomunicable, líquida, prejuzgada, asimétrica y clasificada.

no seréis jamás ningún misterio



destrozad París
adorad a Robespierre

no os arrebaten vuestra sempiterna mediocridad de número par, de vacío contendiente contra la entraña del ensimismamiento.

aceptad la realidad de la que nadie jamás debió salir.
morid.