martes, 18 de mayo de 2010

Paisajes

Me desperté con el alma neblinosa,
los sentidos vueltos cara a la pared.

Como la sombra de un fresno,
como un eco,
como un grito entre dos montes.

Me sentí espiral y vacío,
me sentí vapor
abrazando campanarios.

Me sentí muerte.
Sólo era.

No hay comentarios:

Publicar un comentario