viernes, 4 de febrero de 2011

febrero

Sólo yo te descubro y sólo a veces. De noche la vida pasa de largo. Ciudad irreal, andas silbando las luces amarillas, e inspiras inconsciente el camino que creo descubrir. El viento de la calle se lleva tu desconocido beso en mitad de un riff. Y el amanecer es breve. Hago malabarismos para ver de nuevo la sonrisa escondida, y me sonrío y espero al siguiente amanecer en que te vuelves a escapar, y tengo que separar palabras rojas para encontrarte. ¿Qué imbécil preferirá a Beethoven, Parker o a Mies antes que una cerveza y tus perdidos ojos instantáneos?