sábado, 27 de mayo de 2017

Carta Séptima

Quid tibi vitandum praecipue existimes quaeris?

Digamos que, bueno
se acabó la página.

Y te toca poner espacios
para que todo sea de acuerdo al imperativo
de esa página
izquierda y derecha.

Y te encuentras con que tienes que escribir
o rellenar
para que todo encaje.

No, no, no.

Ya sé que no se puede.

Si eres lo que eres,
sin interrogaciones,
si pones tu colada a la hora,
si ya no compras ningún periódico,
ojalá que compraras alguno,
aún
para hacer el crucigrama.

Cada vez una página menos blanca
a punto de empezar
y toca
ser otra página, un tanto menos blanca
pero bien disimulada
o combustible de
"nei cieli bigi".

Estoy ya mayor pero no,
soy un viejo cuántico.
Porque mayores estáis vosotros,
los depredadores y cotillas,
los amargados y desilusionados,
a los que la "ciencia infusa"
os ha regalado el don de
saber lo qué queréis aun con la carga
de no saber quienes sois.

A tanto no llego
y decido mis
motivos en tanto a mis convicciones.

Quiero ser lo que soy.
Soy lo que quiero ser.
¡Qué estupido!
¿Hay algo que avance en mi mundo
o en vuestro pensamiento?

VALE

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