jueves, 1 de junio de 2017

Carta Octava

"Et fere et piscis spe aliqua oblectante decipitur"

Tiene,
me parece,
el deseo un fiero reflejo
de avaricia.
El sueño no es
gentil ni elegante
convierte lo nimio
en la sala de espejos
tapa con su sombra
las cosas grandes.
Funciona
el oxímoron vital
y te convierte
en "primus inter pares"
de un mediocre formalismo.
Si alguien se conformara
con soñar,
un momento de tranquilidad,
un sol sin demasiado calor,
una mantita y peli.
Nadie sueña y nadie quiere soñar.
Si tuviera la renta universal,
seguiría soñando con el euromillón.
Obscenamente soñaría.

VALE

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