Nusquam est qui ubique est.
jamás he visto mi cara.
somos como nos miran,
o hay algo de ello,
y nunca como nos gustaría que nos miraran.
dan mayor realidad
los juegos del espejo.
a veces soy como un pescado albardado,
a veces como el agua en condiciones normales,
a veces soy una mierda en vuestra puerta
ardiendo
en el papel del periódico.
la mayoría de las veces
soy diálogo de ese eco
que se está haciendo el camino a Santiago
y otras tantas
un infinito de reflejos tras reflejos.
jamás me he visto la cara.
VALE
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