lunes, 11 de octubre de 2010

Happiness Holocaust

En la noche
de los
cuchillos largos

Mueren los amantes.

Se reconocen los símbolos,
en los escaparates.

Feliz. Aquí hay uno.

Nos sancionamos
que éste también
ha de morir.

No tratéis de esconderos.

Lo veo todo y
huelo la náusea
en vuestros
latidos.

Sucios.
Indignos de latir.

Llega el invierno.
Y aunque el frío
os recoja
en las casas,
no pienso dejar
que escapéis.

Os sacrificaré al dios
más cruel.

Sí.
Hoy me siento déspota
y tirano.

Hoy regaría con vuestra sangre
todos los campos del mundo.

Hoy,
me sentiría eufórico,
airado,
superior
e
invencible
si os convirtiese en máquinas
involuntarias de mi deseo.

Ejecutaría hoy a cada ser feliz de este mundo.

Con suma y precisa coherencia.

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