viernes, 4 de junio de 2010

:)

Sabéis bien, que
tumbado en la hierba de color de olivo
con el reverso plateado en las briznas,
oliendo, sonriendo y rodando por el suelo,
aliviado de no quererme a mí mismo,

Me gustaría dejar los pensamientos fenecidos
pasándome la mano por la frente.

Y aunque es cierto que la soledad me atraviesa con el desnudo
reflejo de mí mismo,
me gustaría pensar que en los días soleados
me despertaré sonriendo, al igual que en los días grises,

Porque no quedará nada,
ni sentidos, ni sentidas
explicaciones,
ni razones.

Y porque entenderé, suspiraré,
¡Qué sé yo!, mil cosas,
que al no amarme,
me comprendiste totalmente.

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