domingo, 11 de abril de 2010

Hace algún tiempo que intento escribir algo en prosa. No me refiero a literatura.
Algo simple. Sobre arte, o sobre asuntos que me preocuparan de este mundo. Pero como otras tantas cosas, esta ventana al exterior también se me ha escapado de las manos, se ha ido por otro lado, a la poesía, algo que no me hubiera podido imaginar nunca.
Y es que con el año nuevo vinieron cosas nuevas, nuevas esperanzas y nuevos sentimientos, y con ellos, nuevas maneras de expresarse. Y lo que en un comienzo estaba destinado a ser una página de comentarios y crítica sobre arte (como otras tantas) acabó siendo un desahogo de sentimientos personales (como supongo que son todas), al comienzo esperanzados e ilusionados, y luego en declive hasta la decepción final.
Pero en estos últimos meses me ha dado tiempo para pensar. Tal vez sobre demasiadas cosas. Sobre cómo es mi vida, sobre cómo quiero que sea. Simplemente poner en una balanza las cosas que hacen que uno siga adelante frente a la vida rutinaria y monotematizadora. Pensar en que vas malgastando la juventud con cosas imposibles, pretendiendo simplemente lo que otros tienen por natural. Felicidad. Jajaja, ¿Qué es y en qué consiste? ¿Cómo es esa sensación?
Es posible que no esté hecho para ti aunque me pase el resto de mis días intentando alcanzarte. Al fin y al cabo es lo que buscamos todos los humanos desde el siglo XVIII, ¿no?.
Creo que ésto no es más que una excusa para poner aquí una música preciosa del catalán Frederic Mompou, con la voz de Victoria de los Ángeles y las manos de Miguel Zanetti. La letra es otra cosa, obra de San Juan de la Cruz y llamada Cantar del Alma, que escucho ahora y al menos me da paz.
Aunque es de noche.
http://www.youtube.com/watch?v=fxOsdiEmW1c

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